Sobre manipulación y lo que está pasando en el mundo (II)
Por Sergi, Planeta Terra, Red Lunar SkyWalker Rhytmic 10

 

Antes de empezar, déjame recordarte que todo lo que aquí se dice es sólo el punto de vista del autor en el momento de escribirse. Soy consciente que, en algunas ocasiones, expreso “verdades” que están más allá de mi propia experiencia mundana pero que, por estar en mi intuición e imaginación, forman parte de lo que considero ser parte de la “realidad” que yo vivo. Debo añadir que cada día estoy menos seguro que la imaginación pueda basarse en hechos no reales. Lo que llamamos hoy “realidad”, ayer lo llamabamos “intuición”, y antes de ayer, “imaginación”. Lo que para muchos es todavía ficción, para algunos es intuición, y para pocos es realidad. Y si me exiges un poco más, mi intuición/imaginación me dice que, para muy muy pocos, eso que algunos pocos llaman “realidad”, es en verdad, la mayor “Ficción” o “Maya”, el gran “Juego de la Mente de Dios”.

En la primera parte de estas reflexiones dijimos que la “realidad” del hombre común (97% de la Humanidad) está, en estos momentos, atrapada en tres coordenadas: miedo, sexo y poder. Decimos “atrapada” porque en estos tiempos hay otras dimensiones o coordenadas que aguardan ser descubiertas por el hombre común. Del mismo modo que para la “niñez” existe una coordenada no lejana llamada “adolescencia”, para el hombre común de hoy (3 coordenadas) existe un futuro inmediato llamado “4 coordenadas” o “cuarta dimensión del hombre”. ¿Suena a ficción? ¿Lo hemos visto por la tele? (ah, entonces ya “sabemos” que eso es ficción, claro...como va a ser verdad si ya lo he visto por la tele? - la astuta estrategia de mostrarte bajo la “hipnosis” de “película” lo que no quieren que sepas que existe de verdad).

En estos momentos (año 2001), seguir viviendo en las tres coordenadas es vivir en algo que empieza a estar viejo o caduco (de hecho ya lo está desde un poco antes de la revolución industrial). Cuando la consciencia del hombre está polarizada en la tercera dimensión nota que esa realidad tridimensional le “atrapa” en el sufrimiento, pues vivir en las 3 coordenadas es vivir en algo obsoleto desde la perspectiva de la evolución superior que tiene el Ser Planetario que habitamos (el organismo planetario “Tierra” o Terra Gaia). A ver, señores botánicos...un caracol es un ser vivo, no? Una planta es un ser vivo, no? Un ser humano es un ser vivo, no? Y qué tiene que ver un caracol con una planta y con un ser que anda a dos patas? Son tan distintos...pero todos son seres vivos. Pues apuntad en vuestra libreta, dentro de las especies de seres vivos, no sólo hay caracoles, setas, plantas, avestruzes y humanos: hay planetas. Un planeta es un ser vivo: no tiene patas (tampoco la planta), no tiene caparazón (tampoco el avestruz), no se come (tampoco el hombre - aunque se maten como si de un zafari se tratara), pero es un ser vivo, con su campo magnético, sus corrientes telúricas, sus movimientos internos, su fuego interno, sus mecanismos de equilibrio, sus ciclos, sus bioritmos, su etc. ¿Que pasa? ¿Que por ser un ser vivo tan grande, nos lo hemos olvidado? Qué pasa, que por ser el único ser vivo de su especie que conocemos, pensamos que no es un ser vivo? (vaya fallo...)

El hombre que quiera seguir viviendo en este planeta debe estar dispuesto a evolucionar al ritmo que lo hace nuestro planeta. (Terra hace tiempo que está en una vibración superior a la de la Humanidad en su conjunto). Debe el hombre, por lo tanto, soltar la etapa de “niñez” y atreverse a abrazar la “adolescencia”, o de lo contrario sufrirá. La “niñez” es una etapa ya caduca, y una vez ha cumplió su cometido, debe soltarse. La Humanidad (como consciencia global Humana) está en estos momentos en la primera fase de la “adolescencia”. Esa primera fase se caracteriza por la “rebeldía”. Estamos abandonando la “niñez” y vamos hacia algo “desconocido” para el ego tridimensional. Vamos hacia la “adolescencia” o cuarta dimensión. Eso produce miedo al ego, pues ha vivido durante miles de años en la tercera dimensión, caracterizada por el miedo, sexo y poder, y lo más asombroso, por la ignorancia de que ello exista o pueda ser así.

El miedo a soltar la “niñez” (la consciencia humana polarizada en los 3 primeros chakras) genera enfado y violencia, es decir, “rebeldía”. El ego se rebela contra la pérdida del control de su realidad tridimensional. El ego se enfurece pues sabe que tiene los días (en realidad serán años) contados. El ego sabe que deberá soltar lo que le sirvió para experimentar los 3 niveles más densos de la parte Física de nuestro Universo.
El “niño” (ego) debe soltar sus tan preciados “juguetes” (las travesuras de la manipulación) si quiere ser “adolescente”. Llega un momento en que, si el niño no abandona sus juguetes a una cierta edad, el “papá” se encargará de quitárselos. Eso es precisamente lo que está pasando en la Tierra: ella, Terra, está en una fase de “papá” (o mamá) y nosotros “la Humanidad” estamos en la fase del “niños que no quieren dejar de ser niños”.

 

La Tierra, este planeta habitado por una Humanidad y otros reinos, se prestó voluntaria para asistir a un experimento: el nacimiento de unos seres con “libre albedrío”. Esos seres somos nosotros, la Humanidad. Nosotros decidimos venir a formar parte de este experimento. Nuestro propósito como Alma Grupal Humana es ver si somos capaces de utilizar ese “libre albedrío” para reconocer nuestro verdadero linaje espiritual. El Creador, el Padre, nos envió a la Tierra para testear nuestra capacidad de buscarle y amarle voluntariamente. Digamos que los seres de una evolución no-humana (como la angélica, la dévica, la planetaria, etc) aman al Creador porque no pueden evitarlo. La raza Humana puede escoger libremente entre “amarle” o “negarle”. De ahí que exista el Bien y el Mal, pues es la voluntad del hombre acercarse o alejarse de su Creador.
Aunque este experimento no es más que un “lila” o Juego en la Mente del Creador y, tarde o temprano, todos estamos “condenados” a regresar al Espíritu, el Padre o Creador. Mientras más aplacemos ese re-encuentro (con las distracciones=manipulaciones=tentaciones del ego de tercera dimensión), más perdidos estaremos en la rueda del placer/sufrimiento.
Así pues, a los Hijos del Creador les fue otorgado el don de llegar a ser “plenamente humanos” si así lo deseaban mediante el uso de su libre albedrío.  Aquellos que “se realizan”, cumplen su propósito divino y cuando abandonan su cuerpo físico, retornan a fundirse con el Creador, dejando de estar atados en este Juego Cósmico de la Mente o “Maya”. Es lo que se llama la iluminación en términos budistas, la Liberación o el cese de la rueda de las encarnaciones en términos hindúes, la ascensión en términos cristianos. Los seres humanos que no han realizado al 100% su propósito divino, siguen (re)encarnando para equilibrar las impresiones mentales (fruto de los deseos) que les atan a la vida física/emocional/mental.

Nosotros pues, nos encontramos aquí, destinados a desarrollar plenamente nuestro potencial Humano al ritmo que queramos. Como raza Humana, como consciencia humana global, en estos momentos nos encontramos en la “niñez”. Algunas almas, pocas, se encuentran el la fase última, la madurez, y muy pocas, se encuentran en una fase todavía más posterior, la anciandidad (son los Maestros de verdad). De vez en cuando en el planeta encarnan seres que ya se graduaron en la experiencia humana, pero que deciden volver voluntariamente para enseñar el camino de retorno al Padre. Son los llamados Avatares, como el príncipe Jadaba (con consciencia de Krishna=consciencia de la unión con el Padre), Siddarta Gautama (con consciencia de Buddha=Padre), un carpintero llamado Jesús (con consciencia de Cristo=Padre), Mohammed (con consciencia de Ala=Padre), Meher Baba, Amma, Sai Baba, etc.

Pero hablemos de la Humanidad en su conjunto (que tiene vida como Entidad propia): esta se encuentra en fase final de la niñez y en la fase inicial de la “adolescencia”. La Humanidad tuvo ya su tiempo para hacer “trastadas” y “travesuras” típicas de la etapa “niñez”.  En estos tiempos, muchos “niños” están llegando a la “adolescencia”, con lo cual, la Humanidad en su conjunto, se ve elevada de “etapa” (para comprender esto, recuérdese el famoso experimento del “mono número 100”, que muestra que cuando hay una masa crítica suficiente de monos que han aprendido algo, de golpe todos los monos son capaces de aprender aquello). La adolescencia comporta que dejamos de hacer “travesuras”. Así sucede porque nuestra consciencia es más madura, y no tiene interés por “las travesuras del ego”. Pero hay muchos seres humanos que se resisten a dejarse elevar por esta “ola colectiva” de iniciación a la “adolescencia”. Hoy en día, y esto lo notaréis en los próximos años mucho más, hay gran parte de la Humanidad que no quiere dejar de hacer las “travesuras” típicas de la mente en su estado egoico. Puesto que lo que se le pide a la Humanidad en estos momentos (pues así es la evolución del planeta que habita) es soltar las riendas del “ego” y entrar en una etapa nueva (adolescencia de la 4 dimensión), si no lo hacemos por las buenas, lo deberemos hacer por “las malas”. Terra se encargará de hacérnoslo entender por las “malas” si tanto nos resistimos. Con una bofetada bien dada el niño se dará cuenta de que lo que hace es “cosa de críos” y de paso se dará cuenta que “él “ya no es un crío”.

La “bofetada” de la madre Terra está viniendo por dos lados. Por un lado, por movimientos terrestres y celestes (ciclones, heladas, movimientos sísmicos, volcanes, desprotección de la capa de ozono y consiguientes enfermedades, deshielo, plagas, manchas solares, etc). Otra reflexión interesante es sobre quien y porqué se provocan ciertos cambios climáticos intencionadamente...tecnología psicotrónica, ondas ELF (extremly long frequency), proyecto H.A.R.R.P, torre GWEN, caso de  “el Niño” por ejemplo, umm...
Por otro lado, la bofetada viene a través de aquellos de sus hijos que más se resisten a aceptar su propio crecimiento, es decir, por parte de aquellas personas que más “juguetes” tengan a perder en el paso de su niñez a la adolescencia. Pregúntate ahora, si quieres, quien en este planeta tiene más poder (conseguido básicamente a través del dinero que generan todas aquellas actividades relacionadas con “el miedo” y “el sexo”) y empezarás a descubrir quien te está dando una bofetada para que despiertes de tu niñez. Esas personas están ocultas a los ojos de la mayoría, pues de lo contrario, digo yo, no les dejaríamos que tuvieran tanto poder. ¿Si tu supieras que 20 personas acumulan el 40% del dinero de este mundo...no te gustaría, verdad? ¿Cómo se consigue tanto dinero si no es manipulandote? Si me dicees que en el ranking de la revista Forbes no aparece nadie con tanto dinero, te diré que averigues quien está detrás de la revista. El que dicen que es “el más rico del mundo” (Sr. Bill Gates) es en realidad tan pobre respecto al auténtico Ricachón de este mundo como yo lo soy respecto a Bill Gates.

Esas personas son el arquetipo del “niño que no quiere dejar de ser niño”. Esas personas representan a lo grande, “el niño travieso” que hay en cada uno de nosotros, aquél niño que es capaz de la trastada más grande y al mismo tiempo esconderse y decir que ha sido otro. Y como la mayoría de seres humanos están en la fase de niño, se creen las mentiras que les dijo aquél niño que hizo la trastada (que si queréis, le podemos llamar “El Gran Hermano”). Piensa por un momento cuando tenías 5 o 6 años. Probablemente había en tu clase la figura del “jefe”, aquel niño que controlaba a los demás niños, aquel niño que todos “creían” y “seguían”, y que cuando hacía una “trastada”, rápidamente se la achacaba al más débil del grupo o al que le caía peor. Ese “cabecilla” era el Gran Hermano de tu clase, y pobre de aquel que algún día alguien descubriera la responsabilidad que tenía el Gran Hermano en las trastadas, pues ese día, o él perdería su credibilidad (y por lo tanto, su poder sobre los demás), o el niño testimonio lo pasaría mal.
Ese Gran Hermano está oculto detrás de gobiernos, corporaciones y instituciones de este planeta, pero de eso ya hablaremos más adelante. Recuerda la palabra oculto, pues es la clave para entender mucho de lo que pasa en el mundo. No puedes creer casi nada de lo que te dicen los medios. Ellos son los primeros en ser manipulados por ese poder oculto. Lo que resulta divertido y alucinante es que ese poder oculto se hace visible a través de los medios (90% comprados por ellos - y no me refiero a medios como “el diari de Sant Cugat” o “el tebeo de “Mortadelo y Filemón”) para:

1) Por un lado, hacerte creer que es falso y no existe aquello que quieren que no conozcas que existe en realidad. Te lo maquillan bajo la hipnosis de que “es película”.
2) Por otro lado, para lo contrario. Para chequear ellos la reacción y aceptación de la gente en general, al mismo tiempo que la manipulan “subliminalmente” (es realmente asombrosa la tecnología que utilizan para hipnotizar al colectivo) para que poco a poco vayamos familiarizandonos y aceptando esa aparente “ficción” como futura “realidad” oficial.
Hemos dicho pues, que si no dejamos los juguetes preferidos de nuestro ego (miedo, sexo y poder), sufriremos, pues es hora que la Humanidad como consciencia global pase a una fase nueva de crecimiento.
La Humanidad nunca ha visto tan claramente que es una sola humanidad, y que está en una misma nave. Si una parte del planeta va mal, la humanidad va a la deriva. Negar eso es afirmar la separatividad del ego, y eso genera más separatividad y más mal en el conjunto de la Humanidad. Por lo tanto, en estos años de transición (de nuestro infantil ego hacia la mayor madurez de nuestra alma adolescente) habrá que, individualmente, responderse una pregunta: ¿quiero aceptar lo desconocido y evolucionar (como alma), o quiero seguir aferrado a lo que tan bien conozco (como ego) y seguir atrapado en el sufrimiento?

Cada uno de nosotros sufrirá en proporción a la resistencia que ofrezcamos a los cambios internos que nuestra “adolescencia” pide. Cada uno sufrirá en la misma medida en que se apegue a sus juguetes. Si seguimos identificando nuestra identidad de adolescente (cuarta dimensión) con el “yo” de la tercera dimensión (niñez), sufriremos. Pero tranquilo, ese sufrimiento se encargará de hacernos comprender “por las malas” que ya no somos “niños”. Pero hay muchos intereses creados en el “yo” de los demás egos para mantenerte atrapado en tu “niñez”. El Gran Hermano te vigila y hará todo lo posible para mantenerte atrapado en tu mundo tridimensional, en la versión “oficial” de la realidad, es decir, aquella versión que le interesa al ego que tu te creas para ser fácilmente manipulado. Recuerda que sólo puede ser manipulado aquel que desconoce como puede  ser manipulado.
Si aceptas el reto de hacerte adolescente, los demás “niños” (egos en tercera dimensión) no podrán jugar contigo, ya no podrán hacer travesuras contigo, es decir, ya no podrán ni controlarte ni manipularte a su gusto.

El miedo, el sexo y el poder atrapan al hombre común en la tercera dimensión. Una dimensión es, por decirlo de una manera, una determinada banda de frecuencia de la Realidad. La Realidad es mucho más de lo que nuestros sentidos captan. Nuestros ojos perciben conscientemente sólo un espectro de la luz. Nuestros oídos captan conscientemente sólo una banda del sonido. Pero todo el espectro completo de “luz” y “sonido” son bandas de frecuencia de la Realidad. Digamos que hay realidades dentro de otras Realidades, y a su vez, éstas estas están contenidas dentro de Realidades mayores, como las muñecas rusas.
Si abandonas la tercera dimensión, abandonas todo aquello (juguetes) que te tenía entretenido en ella. Abandonarla no es sencillo, pues repito, hay dos impedimentos:

1) La resistencia propia a dejar lo conocido y abrazar lo todavía no-integrado por tu consciencia (la cuarta dimensión, que ya hablaremos en otro capítulo).
2) La resistencia provocada por las fuerzas que viven y se alimentan en esa tercera dimensión. Esas fuerzas, y esto es importante recordarlo, son sólo tuyas, aunque las proyectes sobre los demás o sobre el arquetipo del Gran Hermano.

Las fuerzas que provocan tu resistencia a crecer interiormente, son como hemos dicho, el miedo, el sexo y el poder. Podíamos mencionarlas en términos de Meher Baba: la lujuria (cuerpo físico), la avaricia (cuerpo emocional) y el enfado (cuerpo mental).
La lujuria nos tiene entretenidos en el cuerpo físico, con los deseos relacionados con la “carne”. La avaricia es un deseo emocional y nos tiene entretenidos con las posesiones y el poder.
La insatisfacción que resulta de vivir atrapados en la lujuria y la avaricia desemboca en una insatisfacción todavía mayor, lo cual avivará la llama de la lujuria y la avaricia. El deseo repetidamente frustrado nos lleva al enfado. El ego entonces pasa a la acción de conseguir sus deseos por medio de la manipulación violenta y agresiva. Pero todo ello, será hecho con discreción, pues de lo contrario los planes del ego se verán frustrados. Por eso, repito, ojo con los falsos profetas, pues te dan “esperanzas”, te “dan soluciones” y en el fondo ellos son tu problema, ellos son los que han creado tu miseria. El ego es tu falso profeta, y en la vida “real” está el Gran Hermano disfrazado de profeta y engañando al 97% de la Humanidad.

Debemos soltar las fuerzas del ego. Es importante y ahora es urgente. ¿Pero como soltarlas? Coje otra silla si todavía estás de pie. Escucha bien: atravesándolas con amor y con fe. Pero repito: hay que atravesarlas, es decir, conocerlas (reconocerlas). De lo contrario, seguiremos en la misma ignorancia y creeremos haber salido de ella.  Esa sería otra gran estrategia que tiene el ego, te das cuenta? Te dice que hay un problema (que lo ha causado él), luego te dice que tiene la solución (lo que hace en realidad es utilizarte para sus fines), y después te dice que “ya está resuelto” (cuando en verdad, sigue existiendo el problema de fondo, que es el ego mismo). Cuando te dice “ya está resuelto” es para engañarte y hacerte que duermas otra vez en tu ignorancia. Por lo tanto, para salir de las garras del ego y abrazar el poder del alma, hay que reconocer las garras y dejarlas ir, abrazando con amor y confianza lo que hay más allá de la mente humana. Allí donde se acaba la mente termina el ego y empieza la aventura del alma.
El día que trascendamos nuestra realidad mental (esa muerte psicológica es posible cuando vemos la ilusión o el Gran Engaño que es el ego), habremos renacido realmente. Será el día del Fin del Mundo (entendido “mundo” como “la distorsión tridimensional de la realidad” o “visión ilusoria que el ego tiene de la realidad”), el día en que volveremos al Cielo, a la Tierra Prometida, al paraíso del cual venimos (y nunca hemos abandonado).

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Sergi
Planeta Terra
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