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11,12 y 13 de diciembre de 2001
Tengo la sensación de que debo contar algo tan importante que no sé por donde empezar. Tampoco estoy seguro de que sirva de mucho, pero sé que para alguna persona, lo que diga aquí puede representar una pieza valiosa de su puzle personal. De hecho esto es lo que me ha sucedido a mí; de golpe la Vida me ofreció una pieza con la cual he entendido muchas cosas de este mundo donde vivo, y de las personas y de mí mismo. Quizá es demasiado pronto explicar lo que he comprendido, pues sólo ha pasado una semana desde que mi visión de la realidad dio un giro importante. De hecho, soy consciente que, como este cambio radical en mi visión, me esperan más, y que no debo agarrarme a lo que ahora os voy a desvelar. Puedo intuir cómo será la próxima perspectiva que adquiriré dentro de poco, pero por el momento, lo que está en el foco de mi consciencia es lo suficientemente relevante como para compartirlo con gente. Es relevante porque me ha traído, después del xoc inicial, una paz más profunda. Seré breve en mi explicación. Aunque probablemente alguien necesite mucho rollo y muchos argumentos para escuchar con interés lo que voy a desvelar, no me voy a ceñir a eso, pues no quiero (ni puedo) convencer a alguien de algo que no estuviera uno mismo ya pre-convencido. Si a alguien le sirve para conectar cabos sueltos, bien, y sino, pues también. Si a alguien le sirve para pensar que hay mucho loco por ahí suelto, lo tomaré como un cumplido, y secretamente te diré que estoy de acuerdo contigo. Pero también te recordaré que no es posible reconocer la existencia de un estado de locura que se parezca al que sufre uno mismo. Dicho esto, vamos al grano, pero antes te sitúo un poco:
Podría contar muchas impresiones que tuve, pero una de ellas me hizo hasta escalofríos. Vi al señor Bush, recién “ganadas” las elecciones, saliendo de la Casa “Blanca” para dirigirse a la cámara de televisión. Había unos niños que le esperaban para recibirle. Me dio un escalofrío de arriba a bajo ver como el señor Bush sentía la presencia de aquel grupo de niños. Ni los notó. Hizo como si estuvieran delante, pero él estaba en otra parte, en un sueño de poder, quien sabe. Me sorprendió realmente porque los niños despiertan una simpatía a cualquier persona, hasta a la más cerrada, sobretodo cuando salen corriendo a recibirte. Pero lo que vi en la tele, fue como si nada o nadie estuviera delante del presidente. A partir de entonces, sabía interiormente que lo que pudiera hacer ese presidente sería cualquier cosa menos para el interés de la humanidad. A lo largo que pasaban las semanas, iba confirmando mis intuiciones, pero había en mi algo que “no llegaba a comprender”. A partir del 11 de Septiembre, con el atentado a las orgullosas gemelas, se acrecentó esa sensación de “hay algo que no cuadra”, sobretodo respecto a Bla9ir, Bus9h y la OT9AN (quita los 9 para leer nombres propios), que en teoría está representada por más países que sólo América (la ex colonia inglesa) y UK. Sentía como si las respuestas que daban ambos políticos estaban como preparadas y premeditadas. Sentía que entre ellos había una compenetración más allá de la compenetración que puede surgir en momentos de gran confusión como es un “atentado” de esas magnitudes. Sentía, por así decirlo, como que había un interés oculto tras los “atentados”, pero no lograba comprender con claridad. Hace unos días me di cuenta de lo que realmente está pasando en el mundo. Y me resultó
Lo que está pasando en el mundo (recuerda que esta es sólo mi visión ahora, y que mi visión cambiará algún día), es lo mismo que ha estado pasando durante cientos y cientos y cientos de años. Es realmente cierto aquello de que “el hombre no aprende de su pasado” (o aprende muy muy poco). Para simplificarlo, imagínate (no entiendo de historia) al señor Emperador César y a sus asesores políticos. Imagínate el pulgar del señor César, con qué tranquilidad su pulgar mataba una persona. Imagina la cara de orgullosa satisfacción de sus asesores. Imagínate si quieres a un Papa cualquiera del año 1500. Imagínate con qué tranquilidad purgaba los pecados a alguien que no era de su “partido religioso” a base de arrancarle su piel de infiel. Imagínate al señor Napoleón en 1800. Imagínate como su espada y la de 2 millones de personas como él, estaban manchadas de sangre. Un imperio cuyos cimientos están manchados de sangre humana, igual que el imperio inglés de nuestro pasado 1900, el British Imperium (ahora British Petroleum). ¿Crees que ha cambiado mucho el hombre? ¿Crees que por llevar corbata y hablar en la tele con buenas palabras, ha cambiado la realidad del hombre? ¿Crees que porque hay “sanidad” y “cultura” ha cambiado el hombre? ¿Crees que porque hay “libertad” y hay “derechos humanos”, ha cambiado el hombre? Yo lo creía, pero me di cuenta que no es así. Sólo hace falta ver cómo está el mundo. El hombre que ostenta poder sigue siendo, en muchos casos, un tirano. Pero eso, me dirás, ya lo sé. Ja ja. También pensaba yo que lo sabía, pero digamos que si no has llorado por saberlo, todavía
no lo has captado en toda su profundidad. Te repito la palabra por si no la has oído bien: ti-ra-no. ¿Qué pasa? ¿Ya la has oído tantas veces en la tele que no te sabe a nada la palabra? ¿Es insípida o
hemos perdido el gusto? De tanta violencia que vemos en la tele, cine, videojuegos, fútbol y compañía, hemos perdido la sensibilidad. Estamos, y esto es lo que me dolió más descubrir,
hipnotizados. Ya no sabemos lo que es realmente la vida. Estamos hip-no-ti-za-dos como auténticos zombies. Cuando veíamos las gemelas caerse, todavía creemos ahora que eso es fantasía, no? Pues no. Napoleón y César ya no son realidad, verdad? Cómo iban a serlo “en el siglo XXI”? (una de las tantas creencias que tiene hipnotizado al colectivo). En el “siglo XXI hay democracia” (otra de las pamplinadas que creemos). Ahora tenemos a Jack el Destripador detrás del bueno y archipopular fulano de tal. Tenemos a un Hitler detrás del elegante menguano de cual. Y fulanos y menguanos lo somos todos, no solo algunos políticos. Decir que el “el político es un hombre vil”, a parte de que suena a “tópico” (con lo cual uno dice “ahh, eso ya lo sé” – cuando en realidad sólo sabe de tópicos), es inexacto.
Te acabo de contar lo que descubrí, pero lo volveré a repetir con otras palabras. Agárralo como puedas:
detrás de la mayoría de gobiernos de este mundo, hay un gobierno paralelo, oculto, pero que es quien realmente dirige este mundo tridimensional. Es Si estamos enfermos, genial, nos darán cura. Claro que la enfermera que te atenderá será buena persona. Claro que el director del hospital será buena persona. Serán buenas personas, pero el 99’5% estarán hipnotizados también. En lo alto del colegio internacional de médicos, en lo alto de los laboratorios farmacéuticos, en lo alto de los ministerios de salud, estará vigilando el Napoleón de turno. Será resultado de la suma de pequeños Napoleón junior que todos los médicos llevan dentro de sí. El Napoleón que resulta de la hipnosis colectiva de médicos es el ti-ra-no senior, aquel profeta doctor en medicina que dice saberlo todo y que en pro de la salud te receta enfermedad. Pues no es verdad que, en nuestro modelo de mundo civilizado ¿la enfermedad da dinero, y la salud arruina a los médicos? En verdad, una civilización que necesite médicos es una civilización enferma, no te das cuenta? Pero tranquilo, si estamos sanos, el César de turno te dará para que consumas diciéndote que así eres “libre”. Y tu te lo crees, cuando eres esclavo de un consumismo que te hipnotiza y te aparta de la vida, de los demás, de ti mismo. Ojo con el pinche tirano que llevamos dentro. Lo que ves fuera es el reflejo colectivo de lo que llevamos individualmente dentro. Pero, pobres de aquellos que no ven ni fuera! Qué hipnotizados están! Lo mucho que ven es que el mundo va mal, pero no se dan cuenta que lo que realmente pasa es que están hipnotizados. Despierta y verás las cosas de otra forma. Lo que digo lo digo desde mi intuición, no desde lo que otros dicen o hayan dicho. Mi intuición es totalmente clara que detrás de el señor Bus9h y el señor Blai9r, se esconde este segundo gobierno ti-ra-no. Mi intuición me dice que ellos lo saben perfectamente. También lo saben los 4 magnates del petróleo de este mundo (Ex9xon/Mobil, Total/Elf, Royal Duch/Shell y Brit9ish Petroleum), pues ellos, en mi opinión, forman parte de este comité secreto. El dinero es lo que les une, el poder es lo que les motiva, y la existencia de nuestros egos humanos es lo que les ha permitido estar infiltrados en posiciones estratégicas por todo el mundo, ocupando poder en grandes multinacionales del petróleo (repito) y sus cientos de derivados, la comida (buscas petróleo y lo encontrarás allí también), la farmacéutica (son los pesticidas para el cuerpo), las financieras (¿a ver, que es lo que da más dinero? Umm...drogas? armas?), las comunicaciones (¿cómo ma-ni-pu-la-mos la opinión de la plebe? Ahora que nos podemos ser Emperadores por decreto divino, hay que ganarse la confianza de la masa. Habrá que aborregarlos, hipnotizarlos, habrá que atontarlos para que no piensen, habrá que emborracharlos, habrá que darles droga, habrá que subir la dosis de droga en el “tabaco” para que así al bajarles su frecuencia energética estarán débiles y por lo tanto, atontados y nos necesitarán todavía más...). Darme cuenta de todo esto fue un xoc para mí. Darme cuenta de la “maldad” no fue tan duro como darme cuenta del “engaño” bajo el cual viví durante tantos años. Estaba en-ga-ña-do. Con una lengua decían una cosa, y con la otra, que no lograba oír, decían otra. Los días siguientes, cuando pasó xoc, empecé a comprender otros pequeños cabos sueltos. Comprendí que detrás (y dentro) del Vaticano, también están. Detrás de la ONU, también. Detrás de la Cruz Roja, también. Detrás (y dentro) de la CI9A, por supuesto, es su brazo derecho. Detrás del gobierno saudí, por supuesto. Detrás del ministro Ariel Sha9ron de Israel, por supuesto. Detrás de Hollywood, algo, pero no todo lo que quisieran. Detrás de la China, no creo. Detrás de algunas estrellas de cine, seguro. ¿La Bay9er? No se nota ni nada. ¿La CN9N? Otra que no sabe disimular, si parece su lengua. Detrás (y dentro) del Fondo Monetario Internacional, por supuesto, es su brazo izquierdo. Detrás (y dentro) de la Comisión Trila9teral, como no, es su cabeza. La lista es interminable, realmente increíble. Sólo hace falta agudizar un poco la intuición, pregúntate y te darás cuenta por ti mismo. En mi opinión, repito que muchos de los “líderes” de grandes corporaciones no saben realmente cuales son los planes a largo plazo de los cabecillas de este gobierno paralelo. Saben, por poner un ejemplo con la Bay9er, que para “ser líderes del mercado”, deben pactar con altos cargos del gobierno, los cuales han pactado con esos cabecillas, pues de lo contrario no estarían ocupando su presidencia. ¿De verdad piensas que los americanos eligieron a su representante? ¿De verdad piensas que los candidatos a la presidencia no fueron previamente seleccionados por los cabecillas del gobierno paralelo? No resulta vergonzoso que, en nuestro mundo “civilizado”, un político como el señor Bus9h, necesite de los favores de empresas de dudosa reputación para financiar su campaña electoral? No resulta todavía más triste que escojamos a un político por su capacidad de marketing y no por su dilatada experiencia en ser feliz y ayudar a los otros a serlo? No resulta todavía más triste que necesitemos re-pre-sen-tan-tes? Claro que los necesitamos: estamos ciegos y sordos. Creemos que ellos nos guiarán. Pero ojo, que los profetas falsos nos llevan por el camino equivocado. Es un camino ancho, claro. Todos pasan, pero es el e-qui-vo-ca-do.
Buscando por internet encontré información que confirmaba que había otra gente que veía las cosas igual que yo. Me enteré que ese grupo se les llama a veces “illuminati” (los iluminados). Me acordé de las palabras de Jesús “ojo con los falsos profetas”. Date cuenta que son gente que no son tonta, que son algo más iluminados (profetas) que la mayoría de ovejas, pero que han pactado con su ego, no con su corazón. Son profetas en el sentido de que te saben vender la moto “en nombre de la justicia”, “en nombre de la libertad”, “en nombre de la seguridad”, “en nombre de Dios”, “en nombre de Alá”, “en nombre de América”, “en nombre de los derechos del pueblo”, “en nombre de la paz”, etcétera. Hablan muy bien, y además, ¿cómo vamos a sospechar si creemos que los hemos elegido nosotros? Defienden con sus lenguas nobles objetivos, pero su lengua es bífida como la de un lagarto. En definitiva, son profetas, pero son falsos. Pero la mayor falsedad se esconde detrás de ellos (simbólicamente es su ego que se esconde). Tras los profetas que dan la cara se esconden los illuminati. Y nosotros, la mayoría de seres humanos, con ojos pero ciegos, con orejas pero sordos, les hemos entregado nuestro poder. De hecho, se lo entregastes no sólo el día en que votaste (da igual a quien), sino que se lo entregamos cada día de muchas formas. Cuando dejas tu dinero en el banco, probablemente les estás dando el dinero que necesitan para fabricar un poco más de bombas. ¿Para qué tantas bombas? Pues porqué las necesitan. ¿Para qué? Para apropiarse de un Afganistán, por ejemplo, que no es el primer caso de este tipo. Para instalar allí otro Shaaron para que les deje perforar un canal de petróleo. De paso se apropiarán de las super ricas tierras en opio, otro de sus negocios preferidos, la heroína. Ya que los talibán se negaban a conceder sus ricas tierras (a cambio de qué me pregunto), ¿había que ingeniárselas de alguna forma, no? Te puede parecer simple o rebuscado, pero a mí difícilmente me engañan las palabras y los discursos. Veo algo más allá, y comprendo hasta qué punto el ego humano, tan cruel y vanidoso, es al mismo tiempo, el más grande ignorante de este juego. Pensamos que vemos, pero en realidad vemos muy poco. Vemos, como no, lo que quieren que veamos. Si no vigilamos, con lo dormidos que estamos, nos creeremos todas las mentiras, y eso es la mayor forma de ser manipulado. Eso tiene una ventaja y un inconveniente: la ventaja es que estarás acompañado por miles y miles y miles de personas que “pensarán” y harán lo mismo que tu. El inconveniente es la mentira te está saliendo cara: si no mira tu vida y mira a tu alrededor. Y cuando mires, hazte esta pregunta para testear tu capacidad de “ver”: ¿veo lo que mis ojos ven, o veo lo que mis ojos quieren ver, y no veo lo que mis ojos no quieren ver?
Para miles de personas ese mundo de Napoleones ni existe, pues todavía son inconscientes de su propio ego. Viven en un mundo que es “horrible” (pero sólo porque no se han atrevido a ver con amor ese “horror”). No es acaso un horror llamar a algo “horrible”? Cuando a algo lo llamas horrible, lo percibes horrible, pues tu percepción crea tu realidad. Para mí, ese mundo que llamaba “horrible” es ahora un mundo viejo, con pocos días para llegar a su caducidad. El ego está en sus últimos días, pero siempre dispuesto a sorprenderme con su arte del Disfraz. La verdad es que ni la mejor película de Gangsters iguala el arte que tiene el ego cuando actúa en la realidad (será real el ego? Si no lo es, será real la realidad?). Hay que felicitar al ego, pues me tuvo engañado como a un bobo durante años y años, sin ni siquiera dudar de su veracidad. ¡Pero te pillé, jajaja! Almenos en este asalto (el juego continua, recuerda campeón...). Gracias al ego me he dado cuenta que el mundo donde vivo es como una película, las 24 horas de día. Tengo entrada todo el día. ¡Qué peliculón! Me he dado cuenta de que la vida es el peliculón del siglo, pero todavía me siento atrapado en la película. El próximo paso, espero que sea descubrir el papel que debo desempeñar en este peliculón. Entonces os veré a vosotros en vuestros respectivos papeles, y todo cobrará otro sentido. Y cuando desarrolle más conscientemente mi papel, agradeceré la maestría que tuvo el señor Bush y el señor Blair en representar a la perfección su guión. ¿Y el Gran Director, quien será? Sergi.
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